domingo, 18 de marzo de 2012

NÉLSON CASTRO Y MARCELO LONGOBARDI: EL PERIODISMO QUE NO DEBE SER

Nélson Castro y Marcelo Longobardi, en radio o en televisión, o en ambos medios, demuestran lo que no debe hacer un buen periodista. El primero, doctor en medicina con especialización, don Nelson Castro, da la impresión de tener un mandato que cumplir: atacar, atacar como se pueda al gobierno, desde donde se pueda, a costa de un trabajo supuestamente informativo. O lo hace porque es más papista que el papa o porque le indican. Si no, no se entiende que un profesional de los medios haga preguntas retóricas para que sus interlocutores solo deban responder "sí, tiene razón". Es decir, preguntas con las respuestas implícitas-explícitas. Se dirige a los gobernantes con soberbia, sin respeto, algo que no puede ocurrir en otras partes del mundo. Salvo en el debate de ideas que ni uno ni otro se atreven a dar. No vemos que ocurra lo mismo en señales extranjeras como Fox News opuestas al gobierno de Obama. Todos hacen gala de ser periodistas, de preguntar y repreguntar pero no hacen preguntas retóricas porque sus entrevistados quedan, entonces, sin discurso y no se entiende para qué los invitaron.
Otra muletilla del doctor Castro es decir a quien tiene enfrente que está en las antípodas de su pensamiento, pero igual lo ha invitado, por lo cual quien es su interlocutor debe agradecerle que haya tenido esa deferencia. Todo muy elemental, sin margen para las conclusiones del televidente.
El manual del periodista lo hace cada profesional. Y de eso se trata el arte de preguntar para que el entrevistado responda: no hacer preguntas retoricas, no indicarle lo bueno que somos por cualquier motivo, sino apenas darle una palabra y permitirle explayarse. Sean oficialistas u opositores. El diàlogo que se entabla muchas veces en el programa de TN del doctor Castro no deja ningún saldo positivo porque todos sabemos, o una gran mayoría, a qué apuntan sus reportajes y no entrevistas. Entonces, es pobre el resultado. Es como mirarse al espejo y decir "qué lindo que soy" aunque veamos lo contrario. Es responderse a sí mismo.
En el caso de Marcelo Longobardi, llama la atención su escasez de vocabulario, su muletilla "no es cierto?" y uno se pregunta si, a lo largo de casi 12 años en el aire de las mañanas de Radio 10 no ha habido alguien que le indique que "no es cierto?" le resta credibilidad. No lo dice una vez sino en forma constante. Resulta un discurso entrecortado, con frases que no terminan de ser tales, primero por su falta de vocabulario y segundo por esta debilidad por el "no es cierto?". Los reportajes pierden sustancia, no hay nada medular ni en Nelson Castro ni en Marcelo Longobardi que uno pueda repensar una vez que los escuchó y analizó. Todo está implícito en las preguntas retóricas y en el discurso de pobre vocabulario de Longobardi.
Tal vez hay preguntas que todos nos hacemos y con las que coincidimos, pero la forma de hacerlas es incorrecta y los medios empleados son muy pobres.
Para estar frente a un micrófono o una cámara hay que tener algo que decir además de fastidio o de responder a determinadas pautas empresariales. Y no engañar ni a oyentes ni a televidentes con discursos, si no falaces, faltos de contenidos. Ya sabemos que son opositores, especialmente Nelson Castro. Sería muy positivo que demostrara algo más con preguntas sustanciosas que nos engancharan en el repensar. Y que Marcelo Longobardi aprendiera lo antes posible de memoria todo el diccionario de la Real Academia.