domingo, 4 de marzo de 2012

CORSOS CALLEJEROS, CARTA DE LECTOR EN CLARÍN

Este domingo 4, en un apartado de Clarín, apareció la interesante carta de la lectora Lucila Gallo de Flores quien manifiesta su desagrado por los corsos callejeros organizados por Macri, tal como habíamos adelantado en uno de los primeros posts que hicimos en el blog. Son realmente insoportables y atentan, como bien dice la ciudadana, con el artículo 14 de la Constitución Nacional, contra nuestro libre albedrío de escuchar o no semejantes bombos hasta pasadas las 2 de la mañana. Debiera existir un lugar donde las comparsas pudieran actuar. Claro está, primero deberían existir comparsas como en Entre Ríos o Corrientes. Empecemos por ahí.
La vecina indica que reunieron 500 firmas de vecinos que elevaron al Director General de Promoción Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Baltasar Jaramillo (hijo de Solita Silveyra y el recordado Jaramillo) con una propuesta.
Macri y su gente no entienden a la ciudad de Buenos Aires, nos castigan con estos corsos, con las bicisendas que impiden un buen tráfico vehicular y encima nadie las usa, y atenta contra nuestros pocos espacios libres de ruido durante los fines de semana. Debemos imitar a Lucila Gallo, de Flores, y reunir firmas para que don Macri cambie de rumbo en su política ciudadana, se vea a la Metropolitana por las calles, deje de hacer negocios con bicisendas, él o quien fuere de su gobierno, dé dinero a entidades como el Instituto del Teatro y dé trabajo a los músicos de la orquesta del Tango, con fechas y lugares donde todos podamos disfrutarlos. Ése hubiese sido un gran carnaval, música de Buenos Aires y no bombos de cancha de fútbol. Anoche, los vecinos de Callao y Corrientes no pudimos dormir porque, hasta las 2.30 de la madrugada, pasándose del horario permitido por ley para "bochinches", los bombos y los gritos desarmonizados de chiquilines fueron el "roro" que tuvimos. Un infierno gracias a Macri y su gente.