lunes, 26 de diciembre de 2016

BALANCE TV PORTEÑA 2016



A igual que el año pasado, los canales de aire porteños brillaron por la falta de creatividad. Los ciclos con panelistas se multiplicaron apareciendo de día y de noche como medio de entretenimiento. Asimismo los ciclos de entretenimiento llegaron a la pantalla para aburrir, dado que están grabados y solo se divierten los que participan, por lo general, las “celebrities” autóctonas.
La política estuvo en el centro de la mayoría de los ciclos, salvo por los dedicados a destripar la vida privada de los famosos o estrellitas del momento como “Infama”. Los menos adecuados para conducir, condujeron… con léxico acotado, pobre y amaneramiento lingüístico lamentable.
Por el lado de Canal 13, las tiras turcas pasaron a tallar a la tarde, dejando a Pol-ka el prime time en espera del “salvador” Marcelo Tinelli. “Los ricos no piden permiso” fue la gran batalla por el rating, sin llegar a conmover al gran público. Historia consabida de ricos que maltratan a pobres, amores cruzados, y falta de ingenio en los diálogos. La salvación, como decíamos, llegó de la mano de Marcelo Tinelli, quien logró quedarse con el rating muchas noches, ayudando a levantar el de los ciclos precedentes, desde “Los ricos…” hasta el alicaído “Telenoche”. Jorge Lanata, a su vez, no logró superar a Susana Giménez quien, desde Telefé, tuvo uno de sus mejores años. El unitario “Secretos de familia” con Adrián Suar como protagonista, logró tibio rating, perdió los domingos y pasó a los días miércoles, sin mayor gloria. El producto tuvo buena realización pero pasó de la comedia, rubro que maneja a la perfección Adrián Suar, al drama, y empezó a dar tumbos. La llegada de Tinelli hizo subir el rating de “El diario de Mariana” y de “Este el show” que, por decisión del canal, deja de emitirse. Buena decisión!
Hay que destacar la producción de “Bailando 2016”, la mejor de la tele 2016, así como la dirección de Alejandro Ripoll, uno de los mejores directores de la tv actual.
 A su vez se consolidaron como conductores Guido Kaczka e Iván de Pineda. En el caso de Kaczka, es el conductor estrella o el “muleto” de la gerencia de contenidos de canal 13 terminando el año con un ciclo de cantantes amateurs cuyo formato suele verse en la televisión española. Va los miércoles y marcha, sin gran rating. Angel de Brito fue el periodista que despuntó y logró su ciclo propio, “Los ángeles de la mañana”, previo a “El zorro” que sigue dando más rating que el resto de las propuestas del 13. Lo apuntamos como dato curioso. De Brito también continuó como “ladero” de Mariana Fabbiani y como jurado del “Bailando…” componiendo a uno de los “malos”.  La culminación del “Bailando…” provocó una caída del rating notable en toda la grilla de canal 13, rellenando los espacios de Tinelli con ciclos de entretenimientos. Mirtha Legrand fue el cheque al portador del canal los sábados a las 22 y los domingos a las 13.30, si bien en las últimas semanas de emisión bajó su rating. El escándalo con Silvestre y el político Daniel Scioli fue un beneficio colateral: lo levantaron los canales restantes generándose una gran polémica sobre si fue o no una “movida política”. Pero el día de su emisión, sin promoción, no tuvo la repercusión esperada.
Asimismo, Canal 13 tuvo buen rating con la transmisión de los “Martín Fierro Capital” y “Martín Fierro a la Radio” que se otorgaron por primera vez.
Por el lado de Telefé, se lanzó “La leona”, una de las mejores ficciones nacionales, que mezcló amor y lucha de los trabajadores, con Nancy Duplaa y Pablo Echarri, junto a Hugo Arana, entre otras primerísimas figuras nacionales, en los protagónicos. Peleó fuerte contra Tinelli durante unos meses y logró una mención de honor de parte del Senado de la Nación. El éxito del rating y la pelea mano a mano con Tinelli vino de la mano de “Moisés y los diez mandamientos”, una serie de época que, hasta el momento, resulta imbatible. Los viernes fueron para “Los milagros de Jesús”, excelente realización que tuvo buena repercusión pero menor a la de “Moisés…”. No nos olvidamos de la contundente “Educando a Nina” con Griselda Siciliani que, divorciada de Adrián Suar, le hizo frente con doble personaje, ganando la audiencia.
La tarde fue el talón de Aquiles para Telefé. No hubo tira extranjera ni nacional que lograra subir el rating y batir a Mariana Fabbiani y “Este es el show”. Al término de la excelente tira turca “Sila”, el rating fue irrecuperable. Hasta que llegó “Caso cerrado”, producto extranjero grabado en Miami con la conducción de la doctora cubana Ana María Polo. Alcanza diariamente los 10 puntos. El rotundo éxito obligó a las nuevas autoridades de Telefé (Viacom) a emitir los casos para adultos a última hora de la noche, consiguiendo una muy buena convocatoria de espectadores. El ciclo nocturno resulta, por momentos, desopilante.
Poco se habló de un muy emotivo ciclo, “Hola y adiós”, que condujo Michel Noher, donde las familias esperaban o despedían en Ezeiza a sus seres queridos. La producción no fue costosa, sin embargo, el contenido tan humano logró ubicarlo como uno de los buenos programas del año.
La incorporación de “Morfi…” con Rozín al mediodía y luego el “spin-off” de media hora de la tarde le dio buenos resultados. “La peña de Morfi” de los domingos también fue uno de los buenos productos del año seguido por “Polémica en el bar”, otro hallazgo. Marley fue un conductor de especiales los días sábados a las 22 pero con pocas emisiones. Fue un ciclo del que nunca se supo su permanencia en el aire. “Los Simpsons” y “Casados con hijos” atiborraron la pantalla de Telefé consiguiendo el mismo rating que si se hubiese invertido en programas especiales. O sea 7 y 8 puntos. Los domingos fueron de Susana Giménez quien arrolló con 15 puntos de promedio hasta al propio Jorge Lanata por el 13.El esqueche de la empleada pública con Susana y Antonio Gasalla fue el “boom” de los domingos opacando al resto de la programación de los canales. Asombró el rating de “Uplay”, un producto basado en los videos de internet, que entretienecon muy poco esfuerzo presupuestario. Se mantiene con 7 puntos promedio. Así como destacamos el humorístico “Noticampi”, que permitió al gran “Campi” tener un ciclo a la manera del recordado Mario Sapag.
Los “Masterchef” también ocuparon la pantalla de Telefé pero, de todos, el que más atrajo fue “Pesadilla en la cocina” con Christophe, el chef francés de marcado malhumor. Está basado en un formato inglés. Y “Dueños de la cocina”, el reality de cocineros con un jurado con pocas pulgas. Los cócteles tuvieron su show: “El gran bartender” que logró una segunda temporada en la medianoche de los sábados, sin mayor rating.
Canal 9 fue el canal que perdió más rating. De mantenerse varios años en 9 puntos cayó a los 3 como promedio, quedando cuarto, luego de América. La sucesión de telenovelas mexicanas de la tarde no lograron acaparar la atención. Se mantuvo muy bien “Qué mañana”, quizás e lciclo más creativo del canal que comanda Diego Toni. Cayó “Bendita TV”, un clásico, y ciclos vespertinos como “Zona 1”, “Desgeneradas”, tuvieron rápida salida del aire. “Implacables”, el programa de chimentos que conduce Susana Roccasalvo, se mantuvo en el aire los fines de semana, siendo uno de los refugios “en vivo” para el espectador cansado de las repeticiones del resto de los canales. También “Mejor de noche” con Leo Montero, aún con el alicaído rating de la pantalla del 9, fue uno de los mejores ciclos de entretenimiento del año. “El show del problema” con la conducción de Nico Magaldi (hizo una mala elección: dejar la conducción de ciclos centrales de C5N) prácticamente no existe en el rating y ha tenido muy poca difusión. Entre los ciclos imbatibles está “Combate”, con nuevas ediciones, ganadores, y conductoras bailarinas algunas de las cuales pasaron a la troupe profesional de “Bailando…” manteniéndose en el ciclo del 9.
Destacamos algunos ciclos que se mantienen y que son buenos, más allá del rating: “Hora de reir”, stand up que permite el lucimiento de comediantes de todas las edades, y “En estéreo”, conducido por Ernestina Pais que permite la presentación de bandas nacionales. El mayor logro del canal ha sido la transmisión en diferido en Nochebuena de “El principito y Mozart”, con la voz de Fernando Bravo y la orquesta bajo dirección del maestro Santiago Chotsourian. Y, en este sentido, destacamos que fue, igual que el año pasado, el único canal que hizo un esfuerzo por presentar algo diferente en la Nochebuena.
América sumó panelistas y chimentos, fiel a su estilo del “vivo rabioso”. Antonio Laje hizo su movida y logró estar al mediodía con “Te cuento”, informativo, mientras que a la mañana, muy temprano, comienza por A24, engancha con América y deja el espacio a Pamela David a las 9.30 AM para su “Desayuno americano”. Este ciclo logró afianzarse tocando diversos temas con alternancia de panelistas. “Infama” es el ciclo que se sumó a los chimentos con Pía Show y Denise Dumas, la nueva conductora de América, una dupla que funciona muy bien aunque los temas propuestos no sean del gusto de la mayoría. El rating así lo demuestra: se pasa de “Intrusos” con 6 y 7 puntos a tener 3.
En las últimas semanas se estrenó “Imputados” con el mediático abogado M. D’Alessandro, competencia directa de “Caso cerrado” de Telefé. Los casos que toma son burdos. No va: tiene un promedio escaso de 1 punto y medio, a veces 2. La noche sigue con Santiago del Moro e “Intratables” que es el ciclo que reúne todas las voces del espectro político, aunque a veces se les nota una marcada tendencia desbalanceadora. Del Moro ha logrado estilo pero resulta autosuficiente y cortante. El noticiero vespertino con Guillermo Andino y Mónica Gutiérrez mantiene su estilo y tiene un promedio aceptable de rating. Los sábados son de “Pasión…”, el único espacio ómnibus de la televisión para la música, en este caso, el cuarteto y la cumbia. Son ritmos actuales pero no representan la variada gama de géneros ni a todos los artistas nacionales del género. “Secretos verdaderos” no aporta mucho más: es un resumen de videos ya vistos bajo un título a veces impactante y con panelistas y conductor que se suman al final. No aporta nada. Luis Majul tuvo con “La cornisa” buen rating al comienzo del año para caer en los últimos meses. A su vez Alejandro Fantino se supo mantener con su “Animales sueltos” y la versión más relajada y eficaz de los sábados. Un acierto es “Debo decir” con Luis Novaresio quien conforma una mesa de invitados agradable con una conducción basada en la educación y el buen lenguaje. Es, sin duda, uno de los nuevos conductores de la televisión con un estilo propio, sin palabras agresivas y sabiendo cómo y qué preguntar. Como gran esfuerzo, que lo fue, hubo una nueva edición de “Gran Hermano” pero no tuvo el enganche de otros años con la teleplatea. Se anuncia una nueva edición con otro conductor.
Canal 7, con sus nuevos directivos, no la pegó en nada. A diferencia de otros años, las escenografías son pobrísimas (tiene departamentos de carpintería y escenografía excelentes), y los nuevos ciclos no lograron la más mínima difusión. Por ejemplo, “Ronda de editores” que resulta aburrido y “La quinta pata” en reemplazo de “678” con conductores desconocidos que no atrapan aunque se intente llevar “todas las voces”. No resulta. Tampoco dio resultado en materia de rating “Punto rojo” con el regreso de Julián Weich, que está para otros desafíos televisivos importantes, y “Desordenados”, otro entretenimiento de ésos que terminan aburriendo. “Tomate la tarde” con Gastón Recondo, ex Bendita TV, y Juliana Gattas, entre otros, resulta insulso aunque inviten a importantes figuras. La puesta en escena es pobrísima: todos sentados en sillas en un semicírculo frente a las cámaras. Una pobreza franciscana que no está a la altura de los programas de entrevistas.  “Juventud acumulada” con Fanny Mandelbaum fue una buena decisión sin difusión alguna. Por suerte han permanecido ciclos valiosos como “Cocineros argentinos”, “Otra trama”, “Científicos…”, “Filmoteca”, y “Los 7 locos”, que tienen tiempo en la pantalla. Los noticieros intentan plasmar todas las voces políticas pero no hay convicción. Los conductores son nuevos para los televidentes aunque profesionales. Las transmisiones desde el Vaticano los domingos, así como el ciclo “Madres de Plaza de Mayo”, “Caminos de tiza”, entre otros, los programas destinados a la comunidad judía y a la árabe, hablan de algunos escasos aciertos de los nuevos directivos al mantenerlos en pantalla. Las ficciones anduvieron bien: la tira de internet “Según Roxi” tuvo su debut en la tele por aire porteña, mientras que se ofrecieron miniseries valiosas como “La última hora” y “El marginal”. “El buscador en red” con Gonzalo Bonadeo intentó reemplazar a “Línea de tiempo” con Matías Martin, pero sin repercusión. Hay que indicar algo más: la elección de los films nocturnos no ha sido muy feliz. Películas mudas y de época debieron tener un ciclo especial. A la medianoche no todo el mundo tiene ganas de meterse en la historia del cine sino de disfrutar de comedias o acción. Destacamos el reportaje de Peña a Gerard Depardieu.
En síntesis, la falta de ideas, de creatividad, abundó y, por lo tanto, aburrió. Policiales desde las 7 de la mañana fueron el desayuno cotidiano, mientras que el resto fue enlatado o “panelístico”. Siempre las mismas caras, las mismas “celebrities” (caso Carmen Barbieri), y los mismos chimentos destripados una y otra vez. Los pocos intentos de hacer algo propio y diferente cayeron en desgracia porque no tuvieron ni suficiente producción ni inversión. Con excepción de “Bailando 2016”. Más de lo mismo, chatura en todos los niveles.
Carlos Pierre – Elsa Bragato
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