BALANCE DE TEATRO 2014.-
DESDE EL 1RO DE ENERO HASTA EL 15 DE
NOVIEMBRE
SOBREVUELO SOBRE EL AÑO
TEATRAL
Este año que termina tiene
características diferentes a los anteriores. Sobre un total de 187 salas, entre oficiales y “off Corrientes”, se
puso énfasis en las creaciones
colectivas, pluridisciplinarias, en el stand-up (prácticamente la “vedette” del
año en la materia) y las versiones con clowns o bien definidas como
“clownescas”, otras con títeres, incluyendo los títeres de mesa para interactuar
con los elencos.
Un género incursionó como novedad en
un par de puestas: el thriller de
carácter policial, que siempre lleva al análisis psicológico d e los
personajes, con tendencia al humor negro en algún caso. Por lo que la variedad
de autores nacionales ha sido superlativa y difícil de encuadrar en pocas
líneas. Es destacable el esfuerzo creativo personal y colectivo que se ha
realizado con puestas que tuvieron muy buena respuesta del público y
permitieron a varios elencos iniciar giras por el interior del país.
Destacamos la presencia del teatro de
Carlos Gorostiza en ”Hay que apagar
el fuego”, versión clown, novedad del año, o bien la versión sobre “Los
hermanos queridos”, y “Aeroplanos”. Roberto
Arlt fue de los más transitados también a través de “Noche terrible”·,”Saverio
el cruel” y “Los siete locos”. Dalmiro
Sáenz regresó con la puesta de su obra “Las Boludas” mientras que Norman Briski tuvo varios estrenos en
su teatro Calibán como “Las 50 Nereidas” y “Partida real”. Se produjo el debut
teatral del director y escritor Roberto
Maiocco con “Cambio y fuera” y el estreno mundial de “Muchas felicidades”
de Paco Urondo, así como el estreno
nacional de “El casamiento”, de Nicolai Gogol, con puesta y dirección de
Ernesto Raso Caprari. También apuntamos la obra “Palabras con sentido” de Ricky Pashkus.
Entre los poetas y narradores
argentinos llevados al teatro se destacan María
Elena Walsh con “Legado”, y “El salvaje” con Pablo FInamore sobre “Cuentos
de la selva” de Horacio Quiroga. Alejandro Dolina reapareció, a su vez,
con una puesta de “Maderna el hombre que se transforma demasiado”, así
como Mario Diament con “Guayaquil y cita
a ciegas”, y Pacho O’ Donnell con
“Frío y caliente”. Homenaje a Alejandro
Urdapilleta fue el montaje de “Las fabricantes de tortas”, mientras que Ricardo Halac tuvo en escena “Soledad para cuatro” y Felipe Pigna logró que textos suyos
conformaran la obra “Mujeres tenían que ser”.
Javier Daulte estuvo con “Faros de color”, su
ópera primera, y en la dirección del unipersonal de Darío Grandinetti
“Novecento”. Y el estreno de “Mujeres de cenizas” con coautoría de Sergio Marcos.
Marcamos diferencias en el material
llevado a escena y esto se dio, entre otros indicadores que mencionamos al
comienzo, en la presencia de obras de Shakespeare y de García Lorca en mucho
menor medida que otros años. Por ejemplo, el “bardo inglés” tuvo “El amor está
en los bosques”, basada en “Sueño de una noche de verano”, “Como les guste”,
“Romeo y Julieta” dirigida por Virginia Lago, y la obra en sí “Sueño de una
noche de verano”. Federico García Lorca fue “versionado” en “La casa de
Bernarda Alba”, “Mariana Pineda, Al aire de la libertad”, “Aquel mar es mi mar”
y “Bodas de sangre”.
Varios infaltables son
Anton Chejov, esta vez con “El jardín de los cerezos”, obra cumbre de la
dramaturgia del siglo XX, y Luigi
Pirandello con una versión de “El engaño” titulada “Dos miradas” y “Dos casas”:
Harold Pinter con “El cuidador”;
“Las sillas” de Eugene Ionesco.
Retomamos los autores nacionales:
“Giacomo “ de Armando Discepolo
volvió a escena así como “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona. Y “La omisión de la familia Coleman” es el
consagrado título de Claudio Tolcachir,
infaltable en la escena nacional.
Entre muchas otras puestas hay
algunas que pusieron un toque diferente en la elección del material como “El
vestido azul” del canadiense Steve Russo,
“La señora Klein” del dramaturgo
sudafricano Nicholas Wright, “Apenas el fin del mundo”, del francés Jean
Luc Lagarce, “”Woyzeck” del alemán George Buchner, “El ojo público” sobre obra
del británico Peter Shaffer, “Flores de papel” del chileno Egon Wolff, “El bello indiferente” del francés Jean Cocteau. Y hasta una versión para títeres de “La flauta
mágica” de W. A, Mozart.
Hubo reconocimientos importantes como
el otorgado a la tercera temporada de “El señor Galíndez”, de Tato Pavlovsky, otro d e los autores
que llegaron a escena este año con más de una obra, en versión de Daniel Loisi. Mientras que los
monologuistas que tuvieron todo el favor del público fueron “Pinti recargado”
con Enrique Pinti, Baby Etchecopar, Coco
Silly, Juan Acosta, Marcelo Mazzarello y Pablo Angeli, mencionando solo a
los más renombrados.
Apuntábamos una clara tendencia a la
actividad colectiva, la utilización de títeres y el género policial. Y hay que
añadir una obra de carácter seudopolítico como “La mujer del anatomista”, coproducción argentino-española, y “Ayer murió Perón” donde no se habla
del líder político pero ronda su muerte en varios personajes desencarnados de
los 70 y 80.
Este pantallazo o sobrevuelo sobre
las casi 200 salas capitalinas, sin mencionar las temporadas de las salas
oficiales (en su temporada anual, el T.N.Cervantes tiene dos ciclos que
destacamos: el Teatro Federal y Teatro del País) y las comerciales, sería muy
incompleto sin tener en cuenta los festivales
como el Shakespeare, que se realiza en febrero, el IX Festival
Becket en noviembre-diciembre, la tercera edición de “Teatro Bombón”, Teatrisimo a beneficio de la Casa del Teatro, Teatro
por la Identidad, el 7mo Festival Internacional de Teatro Pirologías, y el 1 Festival de Teatro sobre Violencia de
Género, así como los festivales de teatro en diferentes provincias, entre otros (festival de teatro en Buenos Aires, festival internacional de Teatro en Buenos Aires, etcétera).
Debemos destacar la presencia de
directores como Arturo Puig, Roberto
Antier, José María Muscari, y el redescubrimiento del actor “éxito” del
momento, Diego Gentile; así como la permanencia de obras como “Toc toc”, los
musicales como “Priscilla”, la programación del teatro Nacional Cervantes a
precios muy accesibles y su “teatro federal” recorriendo todo el país, y de los
teatros oficiales en general, como también el teatro The Globe al aire libre
donde el “Puma Goity hizo un muy especial “Ricardo III”de Shakespeare. Autores
que nunca faltan son justamente Shakespeare,
Bretch, Chejov, Lorca, además de los nacionales Cossa, Gorostiza, Discepolo, entre otros. Como curiosidad cultural
tuvimos el primer Festival de Teatro
para Bebés y festivales de teatro en La
Pampa, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones, entre otras provincias,
además del festival internacional de
teatro en Buenos Aires.
Los premios ACE, los Podestá, los
reconocimientos de la SAGAI, los Florencio Sánchez, los Susini, los María Guerrero,
el flamante premio “Onofre Lovero” al teatro independiente, los premios a los
autores nacionales y extranjeros, concursos de obras de Argentores, son solo
algunas de las premiaciones y posibilidades autorales que celebran la actividad
teatral porteña que llega a tener más de 1000 obras los fines de semana en
plena temporada en los multiteatros, en las salas en off con variada cartelera cada
día de la semana y en los centros culturales que jalonan toda la ciudad de
Buenos Aires.
Elsa Bragato