sábado, 6 de diciembre de 2014

BALANCE TEATRAL 2014, SOBREVUELO SOBRE AUTORES Y GÉNEROS TEATRALES



BALANCE DE TEATRO 2014.-

DESDE EL 1RO DE ENERO HASTA EL 15 DE NOVIEMBRE

SOBREVUELO SOBRE EL AÑO TEATRAL

Este año que termina tiene características diferentes a los anteriores. Sobre un total de 187 salas, entre oficiales y “off Corrientes”, se puso énfasis en las creaciones colectivas, pluridisciplinarias, en el stand-up (prácticamente la “vedette” del año en la materia) y las versiones con clowns o bien definidas como “clownescas”, otras con títeres, incluyendo los títeres de mesa para interactuar con los elencos.

Un género incursionó como novedad en un par de puestas: el thriller de carácter policial, que siempre lleva al análisis psicológico d e los personajes, con tendencia al humor negro en algún caso. Por lo que la variedad de autores nacionales ha sido superlativa y difícil de encuadrar en pocas líneas. Es destacable el esfuerzo creativo personal y colectivo que se ha realizado con puestas que tuvieron muy buena respuesta del público y permitieron a varios elencos iniciar giras por el interior del país.

Destacamos la presencia del teatro de Carlos Gorostiza en ”Hay que apagar el fuego”, versión clown, novedad del año, o bien la versión sobre “Los hermanos queridos”, y “Aeroplanos”. Roberto Arlt fue de los más transitados también a través de “Noche terrible”·,”Saverio el cruel” y “Los siete locos”. Dalmiro Sáenz regresó con la puesta de su obra “Las Boludas” mientras que Norman Briski tuvo varios estrenos en su teatro Calibán como “Las 50 Nereidas” y “Partida real”. Se produjo el debut teatral del director y escritor Roberto Maiocco con “Cambio y fuera” y el estreno mundial de “Muchas felicidades” de Paco Urondo, así como el estreno nacional de “El casamiento”, de Nicolai Gogol, con puesta y dirección de Ernesto Raso Caprari. También apuntamos la obra “Palabras con sentido” de Ricky Pashkus.

Entre los poetas y narradores argentinos llevados al teatro se destacan María Elena Walsh con “Legado”, y “El salvaje” con Pablo FInamore sobre “Cuentos de la selva” de Horacio Quiroga. Alejandro Dolina reapareció, a su vez, con una puesta de “Maderna el hombre que se transforma demasiado”, así como  Mario Diament con “Guayaquil y cita a ciegas”, y Pacho O’ Donnell con “Frío y caliente”. Homenaje a Alejandro Urdapilleta fue el montaje de “Las fabricantes de tortas”,  mientras que Ricardo Halac tuvo en escena “Soledad para cuatro” y Felipe Pigna logró que textos suyos conformaran la obra “Mujeres tenían que ser”.

Javier Daulte estuvo con “Faros de color”, su ópera primera, y en la dirección del unipersonal de Darío Grandinetti “Novecento”. Y el estreno de “Mujeres de cenizas” con coautoría de Sergio Marcos.

Marcamos diferencias en el material llevado a escena y esto se dio, entre otros indicadores que mencionamos al comienzo, en la presencia de  obras de Shakespeare y de García Lorca en mucho menor medida que otros años. Por ejemplo, el “bardo inglés” tuvo “El amor está en los bosques”, basada en “Sueño de una noche de verano”, “Como les guste”, “Romeo y Julieta” dirigida por Virginia Lago, y la obra en sí “Sueño de una noche de verano”. Federico García Lorca fue “versionado” en “La casa de Bernarda Alba”, “Mariana Pineda, Al aire de la libertad”, “Aquel mar es mi mar” y “Bodas de sangre”.

Varios infaltables  son Anton Chejov, esta vez con “El jardín de los cerezos”, obra cumbre de la dramaturgia del siglo XX,  y Luigi Pirandello con una versión de “El engaño” titulada “Dos miradas” y “Dos casas”: Harold Pinter con “El cuidador”; “Las sillas” de Eugene Ionesco.

Retomamos los autores nacionales: “Giacomo “ de Armando Discepolo volvió a escena así como “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona. Y “La omisión de la familia Coleman” es el consagrado título de Claudio Tolcachir, infaltable en la escena nacional.

Entre muchas otras puestas hay algunas que pusieron un toque diferente en la elección del material como “El vestido azul” del canadiense Steve Russo, “La señora Klein” del dramaturgo sudafricano Nicholas Wright, “Apenas el fin del mundo”, del francés Jean Luc Lagarce, “”Woyzeck” del alemán George Buchner, “El ojo público” sobre obra del británico Peter Shaffer, “Flores de papel” del chileno Egon Wolff, “El bello indiferente” del francés Jean Cocteau. Y hasta una versión para títeres de “La flauta mágica” de W. A, Mozart.

Hubo reconocimientos importantes como el otorgado a la tercera temporada de “El señor Galíndez”, de Tato Pavlovsky, otro d e los autores que llegaron a escena este año con más de una obra, en versión de Daniel Loisi. Mientras que los monologuistas que tuvieron todo el favor del público fueron “Pinti recargado” con Enrique Pinti, Baby Etchecopar, Coco Silly, Juan Acosta, Marcelo Mazzarello y Pablo Angeli, mencionando solo a los más renombrados.

Apuntábamos una clara tendencia a la actividad colectiva, la utilización de títeres y el género policial. Y hay que añadir una obra de carácter seudopolítico como “La mujer del anatomista”, coproducción argentino-española, y “Ayer murió Perón” donde no se habla del líder político pero ronda su muerte en varios personajes desencarnados de los 70 y 80.

Este pantallazo o sobrevuelo sobre las casi 200 salas capitalinas, sin mencionar las temporadas de las salas oficiales (en su temporada anual, el T.N.Cervantes tiene dos ciclos que destacamos: el Teatro Federal y Teatro del País) y las comerciales, sería muy incompleto sin tener en cuenta los festivales como el Shakespeare, que se realiza en febrero, el  IX Festival Becket en noviembre-diciembre, la tercera edición de “Teatro Bombón”, Teatrisimo a beneficio de la Casa del Teatro, Teatro por la Identidad,  el 7mo Festival Internacional de Teatro Pirologías, y el 1 Festival de Teatro sobre Violencia de Género, así como los festivales de teatro en diferentes provincias, entre otros (festival de teatro en Buenos Aires, festival internacional de Teatro en Buenos Aires, etcétera).

Debemos destacar la presencia de directores como Arturo Puig, Roberto Antier, José María Muscari, y el redescubrimiento del actor “éxito” del momento, Diego Gentile; así como la permanencia de obras como “Toc toc”, los musicales como “Priscilla”, la programación del teatro Nacional Cervantes a precios muy accesibles y su “teatro federal” recorriendo todo el país, y de los teatros oficiales en general, como también el teatro The Globe al aire libre donde el “Puma Goity hizo un muy especial “Ricardo III”de Shakespeare. Autores que nunca faltan son justamente Shakespeare, Bretch, Chejov, Lorca, además de los nacionales Cossa, Gorostiza, Discepolo, entre otros. Como curiosidad cultural tuvimos el primer Festival de Teatro para Bebés y festivales de teatro en La Pampa, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones, entre otras provincias, además del festival internacional de teatro en Buenos Aires.

Los premios ACE, los Podestá, los reconocimientos de la SAGAI, los Florencio Sánchez, los Susini, los María Guerrero, el flamante premio “Onofre Lovero” al teatro independiente, los premios a los autores nacionales y extranjeros, concursos de obras de Argentores, son solo algunas de las premiaciones y posibilidades autorales que celebran la actividad teatral porteña que llega a tener más de 1000 obras los fines de semana en plena temporada en los multiteatros, en las salas en off con variada cartelera cada día de la semana y en los centros culturales que jalonan toda la ciudad de Buenos Aires.

Elsa Bragato