viernes, 30 de marzo de 2012

30 AÑOS DE LA GUERRA DE LAS MALVINAS

El 2 de abril de 1982 los argentinos nos despertamos sabiendo que el gobierno de facto había ocupado las Islas Malvinas, con un equipo táctico. Y un argentino había sido muerto por los isleños ante el repentino asalto inivasor. Supimos que la insania de los milicos del proceso sangriento seguía su curso. Ahora no podíamos decir que no, creíamos que el ejército, la armada y la fuerza aérea iban a luchar, y jamás pensamos que traerían a los chicos del norte del país. No sabíamos entonces que los cuerpos más adiestrados de las fuerzas armadas estaban custodiando las fronteras con Chile, país hermano con el que también estos milicos sangrientos habían intentado otra guerra a mediados de los 70, enviando trenes repletos de conscriptos a quienes saludábamos sin entender por su paso en La Boca, por ejemplo.
Era irracional, era una locura que no se alcanzaba a comprender en toda su dimensión. Plaza de Mayo, hacer la guerra a los colonialistas ingleses, los pibes y no un ejército profesional. Todo junto. Con los desaparecidos, las madres de Plaza de Mayo clamando por sus hijos, las idas y venidas por el Beagle. La llegada del Papa. Mucho para un país como el nuestro que venía sufriendo de la locura nazi de un grupo de ultraderechistas que mataban a su propio pueblo por pensar distinto.
La OTAN se nos hacía lejana. ¿Venir a estas tierras tan lejanas? ¿Se acordarían de las islas Malvinas? Sus habitantes estaban a la buena de Dios. Pero sí, la OTAN respondió, Estados Unidos se alió con Gran Bretaña, su hermana mayor. Reagan avisó: "no hagan la guerra", según cuenta con lujos de detalles el "Tata" Yofre en su libro "1982", agregando que la consigna de estos milicos, especialmente de Galtieri, fue "hacer la guerra", y solo por eso Costa Méndez tuvo el lugar de ministro de Relaciones Públicas.
Inevitablemente, íbamos a perder una guerra que no pedimos, que no sentíamos, aunque todos sabemos que las Islas Malvinas están sobre nuestra plataforma continental y todos sabemos que nos pertenecen. Solo teníamos 5 cohetes de envergadura contra un país armado hasta los dientes, acostumbrado a colonializar, a generar un imperio como el británico, con submarinos atómicos, y dispuesto a mantener otro punto más del planeta como rehén estratégico.
Hoy hay un cementerio con los restos de soldados argentinos, más de 100 son NN. Hoy tenemos veteranos de guerra que claman por sus derechos, y se merecen ser escuchados, en tierra o en las islas, hasta allí fueron llevados y obligados a olvidarse de que eran jóvenes estudiantes, trabajadores, padres de familia.
Hoy solo podemos honrar la memoria de quienes fueron martirizados por sus propios superiores, provenientes de nuestras fuerzas armadas, ahogadas en el oprobio de los asesinatos. Malvinas fue otro asesinato de jóvenes.
Hoy honramos a los caídos en Malvinas, una guerra que los argentinos no buscamos, una guerra que jamás nos interesó aunque sepamos que esas islas nos pertenecen porque están en suelo nacional, y hoy los honramos porque fueron esos soldados inexpertos, muertos de frío y de hambre, quienes permitieron que disfrutemos de la democracia. Si los milicos sanguinarios creyeron que la historia los iba a perdonar, se equivocaron. Los argentinos todavía esperamos que los lleven a juicio por las atrocidades de la guerra de Malvinas y por la guerra misma, aunque los ingleses no se merezcan estar, aunque el mundo se haya cansado de estas "colonias" estratégicas y estemos todos buscando vivir en paz. Honor y gloria a nuestros caídos.